viernes, 23 de diciembre de 2005

Silicon Valey

Silicon Valley es un pequeño valle situado al sur de la ciudad de San Francisco, de dos millones y medio de habitantes que ha sido capaz lograr el 45% de todo el crecimiento industrial de Estados Unidos desde 1993. Aunque el nombre de “Silicon Valley” empieza a utilizarse en los años 70, la excepcional historia de esta región comenzó casi dos décadas antes cuando el desarrollo de las industrias militar y aeroespacial dio lugar a la llamada primera “ola de innovación”. Empresas como Hewlett-Packard y Varian Associates lideraron entonces el despegue de una economía que empezó a sorprender al mundo: la economía del conocimiento. A aquella primera ola le han seguido hasta el momento tres más: la ola de los circuitos integrados (durante los años 60-70, con exponentes principales como Shockley, Fairchild, Intel o AMD), la de los ordenadores personales (años 70-80: Apple, Sun Microsystems, Silicon Graphics, etc) y la reciente ola de Internet (años 90: Netscape, Cisco, Yahoo!, 3Com, etc). La actual nuevos sectores como la biotecnología y la nanotecnología podría estar anunciando el inicio de la quinta ola de innovación en Silicon Valley. ¿En qué consiste este modelo? ¿Cuáles son sus componentes principales?. Primero, la participación de una universidad, la de Stanford, es un factor clave. Segundo, los empresarios empezaron a tener una visión científica de la industria. Estos dos elementos le han permitido al Silicon Valley convertirse por méritos propios en el mejor ejemplo de explotación del paradigma de los Clusters Tecnológicos Regionales. Pero algo esta pasando allí, hay problemas. La industria de la tecnología informática en el Silicon Valley parece haber dejado atrás su mejor época. En otras palabras, algunos analistas se preguntan si el Silicon Valley no corre el riesgo de convertirse en una nueva Detroit, la antigua meca de la industria del automóvil. Para ciertos observadores del sector, es precisamente eso lo que se avecina. En su opinión, el Silicon Valley está destinado a seguir perdiendo competitividad, debido a que nuevos rivales globales venden a menor precio que las compañías estadounidenses. Y le disputan a los Estados Unidos el liderazgo que hasta ahora tiene en materia de innovación tecnológica. Esto demuestra la frágil, lo volátil, lo escurridizo que es el fenómeno de la economia del conocimiento. Mientras tanto, en la Argentina se duerme el sueño de los justos. El mundo bulle, y nosotros todavía discutimos sobre el sexo de los ángeles.

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