domingo, 4 de diciembre de 2005

La mala tos del gato y la reactivación invisible

El BCE subió del 2 al 2,25% su principal tasa de interés para hacer frente a riesgos inflacionarios en la zona euro, generados por el alza del petróleo. El BCE mantenía hasta este jueves invariable en un 2% su principal tasa desde junio de 2003. La medida es un error porque los riesgos de inflación en Europa son hoy son moderados mientras que la recuperación económica es todavía muy frágil. La ligera recuperación prevista para 2006 (de un 1,9% en la zona euro) se apoyaba en tasas bajas. Aumentando las tasas, los europeos se arriesgan a quebrar esta frágil recuperación que se avecinaba. Mientras varios miembros de la Eurozona denostaban la medida, Trichet (director del BCE) salió a anticipar “una larga serie de ajustes”. Trichet es un banquero de turbia historia en su propio país. ¿Viste? Paermentier delincuentes hay en todas partes, no solo en Argentina. Sin mucha firmeza, la Comisión Europea salió en favor del BCE y sostuvo que “el ajuste no amenaza la reactivación”. Por casualidad, un grupo de premios Nobel económicos estaba en Venecia y dos de ellos (Stiglitz, Becker) fueron irónicos: “¿Qué reactivación?”, preguntaban. Precisamente, la Eurozona no muestra esa tendencia. Francia, Italia, Austria, Holanda, Suecia, Dinamarca se han manifestado contrarios a la nueva política de ajustes que pretende llevar a cabo el BCE. ¿Trichet esta recibiendo consejos del FMI?. Sigamos este paseo y vayamos a Wall Street. No sólo en Argentina hay reticencia a invertir. Este año, las firmas que integran la cartera Standard & Poor’s 500 prefieren enriquecer a los accionistas en vez de hacer gastos de capital. Esta tendencia crea inquietud entre los analistas, pues compromete las posibilidades de expansión en la economía real. Durante los primeros tres trimestres de 2005, ese conjunto de empresas repartió dividendos o recompró acciones por alrededor de US$ 375.000 millones. Esta lluvia de liquidez deriva de las enormes utilidades en varios sectores, especialmente hidrocarburos e intermediación financiera (que es un servicio, no una industria). Existen otros ejemplos negativos como los del megaespeculador Carl Icahn, que ha “matoneado” públicamente a Time Warner, Blockbuster y otras para recomprar acciones, a fin de ganar todavía más. Pero esta política deteriora los presupuestos de capital, claves para el crecimiento de cualquier empresa o sector (salvo el financiero). Se trata de síntomas poco tranquilizadores en cuanto a cómo se emplean las ganancias: CADA VEZ MÁS PARA ENRIQUECER ESPECULADORES (LOS FONDOS) Y MENOS PARA REINVERTIR EN LAS COMPAÑÍAS. El exceso de efectivo podría surtir efectos inconvenientes, pues el solo hecho de que las empresas duerman sobre un colchón de liquidez TRASLUCE DESCONFIANZA EN LAS PERSPECTIVAS DE ECONOMÍAS CENTRALES, particularmente la norteamericana. Al acumular caja, las empresas sugieren que no hallan canales rentables de reinversión. O sea, están devolviendo dinero a los accionistas porque, entretanto, tampoco atinan a asumir riesgos colocándolo en actividades productivas o innovadoras. Mala tos le siento al gato.

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