Geopolítica del ALCA

EE.UU., México y Chile no consiguen convencer al resto de países americanos con respecto al ALCA. El ALCA es una propuesta promovida por EE.UU. que busca establecer un mercado único en todo el continente, de forma que los países puedan comerciar sin trabas entre ellos. Dicho así, EE.UU. presenta una propuesta que suena razonable. La trampa está en la inmensa asimetría entre los protagonistas: uno de ellos, la mayor economía del mundo y los otros, economías mínimas, con nula base industrial y técnica. A esta trampa se oponen el MERCOSUR y Venezuela, que promueven la integración regional tomando como modelo a la UE. Ello implica proteger sus economías, dar prioridad a los intercambios entre los socios y defender sus propios mercados. Como son conscientes de que no pueden competir con EE.UU., se niegan rotundamente a aceptar sin más la firma de un tratado global de libre comercio. A través del ALCA, EE.UU. quiere garantizar su hegemonía comercial sobre el continente. Las empresas estadounidenses podrían expandirse más en los países del sur, aprovechando los salarios del hambre y la laxitud impositiva y legal. También copar los mercados de los países, arruinando empresas nacionales y destruyendo el sector agropecuario. Los resultados se ven en México, un país con cifras macroeconómicas tan notables como engañosas, pues presentan como exportaciones mexicanas las que salen de las "maquilas" establecidas en los Estados fronterizos de EE.UU., donde lo mexicano es simplemente el acabado final de los productos. El ALCA se inserta dentro de la lucha mundial por los mercados. En Asia, Japón, China e India hacen retroceder a EE.UU. Esto hace que EEUU vuelva sus ojos hacia su patio trasero. Pero la oposición al ALCA sólo puede entenderse desde el declive del poder estadounidense. Esta oposición habría sido impensable hace treinta años. EE.UU. esta en su posición más débil en el continente en el último siglo, agravada por el inmenso endeudamiento de este país y su falta crónica de dinero fresco, a consecuencia de las guerras en Iraq y Afganistán. EE.UU. no tiene dinero para contrarrestar, por ejemplo, las inversiones multimillonarias que están haciendo China y la UE. El MERCOSUR es una iniciativa de Argentina y Brasil. Parte de la integración comercial de los dos paises para agrupar a las economías de otros países en un proyecto que les permita defender sus economías, y salvaguardar sus intereses desde la unidad. Son conscientes de que necesitan aunar fuerzas para negociar en mejores condiciones con los grandes colosos de la economía mundial. También, de que su crecimiento económico exige la protección de sus empresas y del sector agropecuario. Por esos motivos Venezuela ha solicitado su ingreso en MERCOSUR y, si triunfa la izquierda en Bolivia, es de esperar que este país haga lo mismo. Hay dos Américas, la que defiende el proyecto de EE.UU. y la que se opone a él. Los países centroamericanos y Colombia son hoy completamente dependientes de EE.UU. y se limitan a secundar lo que EE.UU. dice. Bolivia y Ecuador están sumidos en una profunda crisis y, según se resuelva, podrían inclinarse o no hacia el ALCA o Mercosur. México ha sido absorbido por EE.UU. y Chile va por libre. Cuba ha estrechado notablemente sus relaciones con Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay. La región está muy revuelta y la irrupción de nuevos actores, como China, hace la situación más compleja. Lo que resulta evidente es que el declive estadounidense ha revalorizado a la región y Latinoamérica ya no tiene que esperar autorización de EE.UU para relacionarse libremente con el resto del mundo.