domingo, 11 de diciembre de 2005

Debilidades chilenas

Chile es uno de los países que logró mejores resultados en materia de crecimiento económico en los últimos 15 años. Pero la experiencia muestra que los "milagros económicos" en América Latina tienden a ser de corta duración. Los dos casos más exitosos en el Siglo XX fueron los de la economía argentina, que llegó a cubrir casi 40 AÑOS desde fines del siglo XIX, y se detuvo con el colapso, a fines de la Primera Guerra Mundial, del sistema comercial y financiero mundial que tenía su eje en Gran Bretaña, y el "milagro brasileño" que llegó a durar casi 20 AÑOS en la segunda mitad del siglo XX, y que colapsó junto con el agotamiento del sistema de sustitución de importaciones. Ninguno de esos países ha vuelto a repetir ese desempeño y, de hecho han vivido en una sucesión de crisis desde entonces. En muy dudoso que Chile pueda seguir creciendo a largo plazo sino transforma la estructura productiva y se produce un reemplazo paulatino de los recursos naturales como motor las exportaciones y del crecimiento, por la manufactura y los servicios . Chile muestra retrasos importantes en este proceso. En el mundo actual esta comprobado que una clave importante para el éxito es la capacidad de los países para desarrollar exportaciones dinámicas y competitivas a escala mundial. Pero los países que comercian menos con el resto del mundo y cuyo comercio exterior es muy dependiente de la exportación de productos básicos tienden a crecer menos - en promedio - que el resto. Los recursos naturales por sí solos no favorecen un crecimiento sostenido del ingreso en el tiempo. Hay unos pocos países que han logrado crecer rápido y por un período largo, manteniendo una canasta exportadora concentrada en productos primarios, pero ellos son la excepción más que la regla. Las implicancias de la dependencia de los recursos naturales es un punto que está recibiendo creciente atención de los especialistas. En un extremo tenemos abundante evidencia econométrica que apunta hacia una relación negativa - en promedio - entre la dependencia de recursos naturales y el crecimiento a largo plazo. Lo importante no es "que es lo que se produce sino el cómo" apuntando a la importancia del desarrollo de "redes del conocimiento" que favorezcan la innovación y adopción de tecnologías. Es posible anticipar una ruta de industrialización que partiendo de exportaciones intensivas en recursos naturales y bajos requerimientos de capital y conocimiento, se va progresivamente pasando hacia actividades más intensivas en el uso de capital físico y humano. En este camino hacia la industrialización es muy posible que un país rico en recursos naturales no desarrolle nunca una industria manufacturera de exportación intensiva en el uso de mano de obra. Se advierte sobre las dificultades para que países que ya han iniciado ese camino, que están pasando de la exportación de troncos y maderas no elaboradas a la de celulosa, papel, muebles de madera, por ejemplo, o de la exportación de minerales en bruto a metales refinados y productos semi-elaborados, con intensidades crecientes de capital y tecnología, puedan seguir avanzando en este sendero, pasando a otras actividades exportadoras más complejas. Para que esto ocurra se requiere aumentar en un lapso de tiempo relativamente breve la disponibilidad de capital humano, la capacidad de investigación científica y tecnológica y la dotación de capital físico e infraestructura. Ello no se da en forma automática. Se necesita un rol activo del estado impulsando el salto en la inversión en capital humano y en la generación de condiciones que hagan atractiva y rentable la innovación. Los datos de Chile muestran una estructura de exportaciones fuertemente sesgada hacia productos con una elevada intensidad en recursos naturales, aunque con un alto grado de diversificación entre ellos: productos mineros, forestales, agrícolas y del mar. Por otra parte, es un importador neto de bienes de capital y de todo tipo de manufacturas, además de insumos para la producción de energía. Esta estructura es muy similar a la que presentan Australia y Nueva Zelanda, dos países pequeños y alejados de los mercados importantes y que cuentan con una rica base de recursos naturales. Sin embargo, Chile no tuvo un desarrollo temprano ni la sabiduría de realizar las inversiones masivas en capital humano que estos países hicieron hace ya varias décadas. Por otro lado, si se mira simplemente la estructura de las exportaciones netas, es muy difícil distinguir la de Chile de la de los países andinos, por ejemplo, que es claramente uno de los grupos de peor desempeño económico en la segunda mitad del Siglo XX. La pregunta de fondo que debemos responder es si después de las reformas económicas de las últimas décadas y un período de rápido progreso económico que ha durado alrededor de 15 años, Chile está en condiciones de sostener el buen desempeño de la década pasada y seguir cerrando la brecha con los países desarrollados, o va a revertir a las bajas tasas de crecimiento de los 60's y setentas. Lo que resulta claro es que Chile después del auge y la diversificación que siguieron a las reformas económicas, posiblemente se encuentra cerca del límite para seguir creciendo rápido sobre la base de expandir su capacidad para exportar recursos naturales.

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