domingo, 30 de octubre de 2005

La paciencia de esperar

Chile se ha resignado a lo que manda el mercado: ser el proveedor del cobre que usan industrias extranjeras. Uds. Dicen: hagamos como Nueva Zelanda: exportemos solo alimentos, como siempre hemos hecho. Pero ¿qué seria hoy de Japón si se hubiera conformado con solo ser lo que siempre había sido: un productor de seda? Hoy Japón no seria la cuna de Mitsubishi, ni de Mitsui, ni Fuji, ni de Hitachi, de Toyota. ¿Dónde estaría Corea del Sur si hubiera dejado que el mercado dictaminara que su destino eterno era vivir de la exportación de tungsteno? Hoy Corea no seria la patria ni de Samsung, ni de Daewoo, ni de Hyundai. ¿Tendría acaso Finlandia hoy una empresa como Nokia si hubiera decidido que lo mas competitivo en el mercado era e iba a ser para siempre la madera de sus bosques?. Por supuesto que no. Pero Uds. siguen insistiendo: Argentina solo debe producir carne, soja y trigo y no atreverse a nada mas. Hay establecer un proteccionismo moderado, transitorio y selectivo para aquel tipo de empresas que queremos hacer crecer y después tener paciencia: las empresas crecen lentamente por lo que hay que darles tiempo. Si hasta ahora hemos tenido la paciencia de ser pobres esperando (durante 200 años) que el liberalismo nos salve, podemos también tener la paciencia de seguir siendo pobres esperando que empresas argentinas crezcan lo suficiente como para convertirse en competitivas y exportadoras, tal y como hicieron los asiáticos.

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