lunes, 10 de octubre de 2005

El imperio suicida

El liberalismo esta destruyendo a EEUU. Lo esta desindustrializando, tal como hizo con la Argentina. La tradicional industria automotriz estadounidenses está transitando el mismo camino tortuoso y declinante que recorrieron previamente las siderúrgicas y las aerolíneas. Poco a poco EEUU esta volviendo a ser un país agroindustrial, único sector al cual protegen. Desde la perspectiva tradicional del liberalismo económico, las necesidades orientadas al interés nacional en EEUU se limitan únicamente a la seguridad militar y geopolítica. La devoción norteamericana por el laissez-faire implica que cualquier alejamiento del libre comercio, fenómeno que ocurre de manera intermitente es sobrellevado con culpa y sin un propósito estratégico, y es visto por las autoridades norteamericanas como concesiones infortunadas a políticas domésticas más que iniciativas económicas de desarrollo. A medida que las reglas de libre comercio en las últimas décadas han ganado terreno en el ámbito internacional, esto ha sucedido paralelamente a LA DECLINACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS COMO POTENCIA HEGEMÓNICA. El esfuerzo norteamericano por inyectar sus normas de laissez-faire como políticas directrices para otras naciones se traduce en un alto costo para su propia economía nacional. Las grandes corporaciones multinacionales (CMN) son en varios sentidos los agentes fundamentales de la globalización y, por ende, impulsoras de las políticas comerciales aperturistas. Los flujos anuales de inversión directa extranjera de las CMN se incrementaron más rápidamente que el comercio tradicional. De 1973 a 1995, estos flujos se multiplicaron más de 12 veces. En términos generales, los Estados Unidos han sido el principal defensor (y a la vez principal perjudicado) de esta liberalización de las políticas de inversión extranjera y mientras se presentan críticos hacia aquellos países que sostienen políticas intervencionistas irónicamente son el único país industrial que cambió su política en los ochenta, como resultado de la declinación de la hegemonía económica del país, y por lo tanto, LA DISMINUCIÓN DE LA EXPORTACIÓN DE CAPITAL Y EL AUMENTO DE LA IMPORTACIÓN DEL MISMO. Las posibilidades de control político a las CMN son cada vez más limitadas. Por ejemplo, las compañías petroleras norteamericanas redujeron su identificación con el interés nacional estadounidense luego de la crisis energética de 1973, cuando SE LAS ACUSABA DE APOYAR EL EMBARGO PETROLERO DE LOS PAÍSES ÁRABES. Este caso pone en claro el dilema que presentan las CMN. Dichas instituciones organizan sus operaciones a escala global, y esto puede diferir de los intereses de sus países de origen. Hoy asistimos a un ejemplo claro, CMN petroleras iniciaron y apoyan la guerra de Irak cuando esta guerra resulta perjudicial al intereses estadounidenses. Esto es nada menos que la privatización de la guerra. Para la corriente liberal, las CMN buscan oportunidades rentables alrededor del mundo y por esa razón, comienzan a desconectarse de los países de origen. Como los capitales industriales migraron a Asia atraídos por las políticas estatales de promoción industrial hoy EEUU tiene que importar todas las manufacturas que consume. Lentamente, los EEUU se estan suicidando.

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