martes, 27 de septiembre de 2005

Falta un Banco de Desarrollo

Se ha vilipendiado repetidamente el período de la industrialización sustitutiva de importaciones, pero si se mira desde 1945 a 1974 se observan casi 30 años de crecimiento ininterrumpido de la economía. Hubo crisis en el medio, pero la tendencia era de desarrollo industrial con pleno empleo y salarios que se iban mejorando. A partir de 1974 el mundo creció y la Argentina permaneció estancada. En los ‘90 se reforzó la política aplicada por el golpe militar. Aun hoy, después de tanto desastre y tanto empobrecimiento, los liberales siguen sosteniendo que hay que buscar la riqueza en la producción de materia primas. Es cierto que en 1910 o 1920 la Argentina era un país rico produciéndolas, pero los precios de la materias primas fueron cayendo: a principios del siglo XX el trigo y la carne valían a precios constantes seis veces más que ahora. Pero, además, la población era de 6 o 7 millones de personas. LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA NO ALCANZA PARA SOSTENER A UN PAÍS DE 40 MILLONES DE HABITANTES. Sin embargo, una cantidad de políticos, empresarios y grupos de reflexión insisten en que la Argentina debe seguir produciendo soja, petróleo y trigo como base para su desarrollo económico. No hay ningún país desarrollado que sea productor de materia prima. Esto no quiere decir que no haya que producirla: EE.UU. es el mayor productor agrícola del mundo pero a nadie se le ocurre decir que es un país agrícola. Hay que hacer una política industrial. Lo primero que dicen los economistas liberales es que el Estado se va a equivocar. Hay que tomar señales del mercado pero a la vez hay que hacer política. Esto es lo que hacen en Corea y lo que explica su éxito. Se necesitan políticas de desarrollo explícito. Siam, la metalmecánica más importante de América latina a fines del ‘60, era un emporio de 15.000 empleados. Hubo errores de conducción desde la empresa, pero también un Estado que no sabía lo que quería de ella, la intervino y la hizo quebrar. En ese momento, Samsung era un taller mecánico en las afueras de Seúl. Hoy Siam es solo un recuerdo mientras que en Corea existen grupos industriales que son 40 veces más grandes de lo que alguna vez fue esa empresa argentina.
Falta una estrategia de conjunto diseñada por el estado. Se requiere un sistema de apoyo financiero porque no hay crédito de largo plazo para el sector industrial. Coto acaba de decir que le hubiera encantado comprar Swift, pero que no pudo por falta de acceso a fondos. ¿Qué pasó? Que los brasileños la compraron con un crédito del BNDES. LA ARGENTINA DEBE SER EL ÚNICO CASO EN EL MUNDO DE UN PAÍS SUBDESARROLLADO QUE CIERRA SU BANCO DE DESARROLLO. Los liberales rechazan esta idea de un banco de desarrollo porque sostienen que cualquier iniciativa de este tipo en la Argentina se convertiría en una caja negra. Si no podemos tener un Estado capaz de tener un banco que funcione bien, NO PODEMOS TENER UN ESTADO: CERREMOS EL PAÍS Y VAYÁMONOS. Es inadmisible decir que el Estado no puede. Los liberales no quieren, pero eso es otra cosa. Me he cansado sentir decir a los liberales que lo que falta aquí es seguridad jurídica. China es una nación enormemente corrupta, con un sistema político misterioso manejado por una dictadura totalitaria que sigue siendo comunista y con un sistema de justicia perverso DONDE NO HAY NINGUNA SEGURIDAD JURÍDICA, pero el 40% de la inversión internacional va a China. Hay que generar una red de apoyo financiero y tecnológico a las inversiones productivas, que asegure que haya mercado para esas inversiones, entonces las inversiones vendrán de todas partes del mundo...

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