sábado, 16 de julio de 2005

Países ricos, países pobres

Los países pobres tienden a caracterizarse por SU INCAPACIDAD PARA SEPARAR LOS MITOS DE LAS REALIDADES. Mientras todas las naciones ricas comparten muchas semejanzas, cada uno de los países pobres puede explicar de forma distinta y con precisión absoluta por qué sigue siendo pobre, quién es culpable de ello y, sobre todo, por qué es imposible romper con los círculos viciosos de la pobreza, y todo esto ¡¡¡¡¡sin detenerse a observar como hicieron los países ricos para llegar a serlo!!!. Todas las naciones ricas, y todas las que aspiran a ser ricas y están haciendo algo al respecto, PRESENTAN ALGUNOS FACTORES QUE SON CONSTANTES. Para comenzar, las empresas son el centro de atención de la economía. No hay ningún país rico que ignore la trascendencia de las empresas para la creación de riqueza, la creación de empleos y, por lo tanto, para su desarrollo económico. La centralidad de las empresas no es un asunto de preferencia: existe evidencia de que las empresas son la principal fuente de dinamismo de una sociedad. Pero las empresas para nacer necesitan un tratamiento fiscal propicio, un sistema de regulaciones que permita crearlas y operarlas y un sistema legal que haga posible su funcionamiento. HAY QUE INCUBAR EMPRESAS, HACERLAS NACER, CRECER, FORTALECERSE. El gobierno tiene mucho que ver en que esto suceda. Todos los gobiernos de países ricos (antes de hacerse ricos) crearon un régimen fiscal benéfico para las empresas, no impusieron obstáculos para su creación ni permitieron que estas fueran aniquiladas. Esta es tarea estatal, hay que reconocerlo, negarlo es querer taparse los ojos con las manos. Los países que hace cien años se hicieron ricos fue porque sus empresarios no enfrentaron impedimentos y obstáculos diversos. En Argentina se desprecia a los empresario industriales, se los insulta de mil maneras diferentes, se los trata de parásitos, se los acusa de buscar protección y se llama a gritos a empresas extranjeras la cuales esas si son las que valen, no importa que sean estatales, lo importante es que sean extranjeras. En Argentina se desprecia al Estado, se lo acusa de ineficiente como si fuera algo inevitable, se lo ve como la encarnación del demonio en la tierra, cuando el Estado puede se competitivo (¡¡¡¡¡empresas estatales chinas están comprando empresas privadas norteamericanas en este momento!!!!!!). Mientras sigamos pensando así, mientras despreciemos a los empresario nacionales y al Estado Argentino, seguiremos siendo pobres por los siglos de los siglos. Y eso es así porque, en primer lugar, SOMOS POBRES DE PENSAMIENTO.

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