lunes, 25 de julio de 2005

Inflación

Si el dólar baja, si todavía no ha habido subas en los salarios, si la gente no tiene plata para comprar y no hay demanda ¿Tiene alguna explicación, algún responsable, la inflación que estamos viviendo? La derecha económica, sus centros de estudios y los voceros de los grandes negocios no se esforzaron demasiado para hallar las causas de la reciente inflación. Empezaron por destacar el repunte del consumo, como si ese dato diera luz verde a una conducta especulativa de los mayores proveedores de productos y servicios básicos. Y apelaron, como era de esperar, al verso de siempre: la culpa la tiene el Estado ¿quién otro la puede tener?... si el estado nació para ser culpable. Por un lado, el Estado incurrió en un “excesivo” gasto público; por el otro, el Estado se ha entregado a una “desbocada” emisión monetaria. Ninguna de esas hipótesis, por cierto, resiste el menor análisis cuando se comparan las estadísticas con períodos anteriores, o con países de similar estructura y tamaño económico. La verdad, es que la reciente disparada de precios es, principalmente, una directa derivación de la violenta y persistente concentración empresaria de las últimas décadas. Dicho de otro modo, todo está más caro como consecuencia de la pérdida de grados de competencia económica que relegó a pymes, cooperativas y estructuras estatales para favorecer a grupos concentrados, en gran parte extranjeros. Esto es lo que ha ocurrido desde la producción agrícola y fabril hasta la amplia gama de servicios públicos privatizados en el decenio anterior. Los datos más recientes sobre la composición de la cúpula empresaria en la Argentina son bien ilustrativos. Las empresas pertenecientes a grandes grupos económicos suman el 55 por ciento de las ventas y el 66 por ciento de las utilidades. En ese contexto son predominantes las de origen extranjero que representan el 41 por ciento de las ventas y el 62 por ciento de las utilidades de la cúpula empresarial. Tamaña concentración oligopólica –lo dicen los manuales básicos de Ciencias Económicas– NO PUEDE TENER OTRO RESULTADO QUE SITUACIONES DE ABUSO. El poder que detentan esos grupos se traduce en privilegios tales como el menor pago de impuestos, en relación con firmas de menor dimensión; LA CAPACIDAD DE FORMAR PRECIOS EN FORMA ABSOLUTAMENTE ARBITRARIA; y por supuesto, la facilidad de obtención de elevadísimos márgenes de ganancias.

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