jueves, 30 de mayo de 2013

Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff: dos delincuentes impunes

A pesar de haber sido descubiertos sus "errores" lejos de pedir disculpas, Reinhart y Rogoff sostienen que su trabajo fue honesto y verosímil. ¿Como puede defenderse la honestidad de un trabajo lleno de falacias y de errores intencionales? Una vez detectado el error se demuestra que no hay nada parecido a un descalabro cuando la deuda pública supera el 90% del PIB, como concluían estos estafadores en su falaz informe publicado en 2010. Este informe fue el principal instrumento para elaborar los planes de austeridad que hoy hunden a Europa. El pretexto era la deuda pública. Pero, ¿puede tener importancia la deuda pública en momentos de un colapso desatado como el que viven las economías europeas? ¿Es más importante ocuparse, en estos momentos, de pagar la deuda o de reactivar la economía? Ambas son circunstancias dramáticas pero está claro que hay una opción que da paso a superar los problemas y otra que es simplemente el suicidio. Pensemos, por ejemplo, en una familia que ha invertido en una fábrica de zapatos, sin pensar que la liberalización del comercio va a hacer llegar zapatos chinos a un tercio del valor. La pequeña empresa familiar no es capaz de vender un solo par de zapatos ante la avalancha de zapatos chinos que a un tercio del precio inundan el mercado. ¿Qué hace la familia de la pequeña fábrica de zapatos que se endeudó para producirlos? En esta circunstancia crucial y cuasi terminal ¿va a priorizar pagar a sus acreedores o sobrevivir? ¿Y con qué podría pagar a sus acreedores si no tiene ingresos, o si existen son muy exiguos? ¿Se suicida entregándolo todo a los acreedores, o lucha por sobrevivir y dejar “para más adelante” el pago de la deuda? Este ejemplo simple y burdo ilustra la realidad de muchos países que se encontraron de la noche a la mañana con una situación de pesadilla. Como en el ejemplo, “pagar” implica morir, y de ahi que muchos, pudiendo hacerlo, rehuyan pagar la deuda. No existe ese umbral del 90% de deuda pública sobre el PBI tras el cual se desataba el colapso, el infierno mismo. Los países pueden resistir niveles de deuda más amplios si tienen objetivos y claros horizontes de futuro, como fue tras el fin de la segunda guerra mundial. Lo cierto es que en situaciones anormales nadie da prioridad al pago de la deuda. Por eso que si la inversión va en declive, si el consumo privado va en declive… ¿cuál es la misión de los gobiernos: acelerar el declive con planes de austeridad o hacer el esfuerzo de contrarrestrar el ciclo con políticas expansivas? El problema real es que los gobiernos han dejado de pensar y actuar la economía dado que desde los años 70 y 80 transfirieron estas funciones al sector privado. Los gobiernos se han ausentado de la planificación económica. Reinhart y Rogoff, al igual que toda la teoría macroeconómica convencional de los últimos 200 años, ignoran completamente, en forma deliberada, el rol del sistema financiero y los nocivos efectos de la especulación financiera en la economía real. A lo largo del siglo pasado economistas como Kalecki, Keynes o Minsky centraron su análisis en los graves perjuicios que ocasiona la especulación financiera a la estabilidad macroeconómica. La especulación financiera y su daño masivo no ocupa ninguna linea en los malignos textos de Reinhart y Rogoff. ¿Cuánto desempleo provocaron Reinhart y Rogoff por su manipulación matemática?

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