Por primera vez en muchos años, el Banco Popular Chino no acumuló deuda del Tesoro estadounidense entre sus reservas internacionales. Y no sólo eso, sino que sus tenencias de esa deuda disminuyeron, lo que implica que China está comenzando a desconfiar de Estados Unidos. Esa desconfianza tiene una justificación explícita y concreta. Mientras la Fed continúa con su festival de emisión de dólares, el déficit fiscal del país del norte ya representa 10% del PBI y su deuda es equivalente a todo el Producto Bruto Interno. Por otra parte, Alemania repatriará 674 toneladas de oro. De ese monto, 374 toneladas estaban depositadas en el Banco Central de Francia, mientras que las 300 restantes representan el 8% de lo que Alemania tiene depositado en la Reserva Federal de Nueva York. De más está decir que este movimiento llamó la atención de todos los inversores, que ven un trasfondo un tanto extraño… Consultado por la estrategia, Carl-Ludwig Thiele, miembro de la mesa directiva del Bundesbank, señaló: “Es para crear más confianza, no es porque vislumbramos una nueva crisis global”. Si efectivamente los planes de estímulo monetario que llevó a cabo el Banco Central Europeo están dando los resultados buscados, ¿por qué Alemania avanza en una estrategia de generación de mayor confianza? ¿No deberían confiar los europeos en su autoridad monetaria? Mientras los países más comprometidos continúan ajustando gastos, subiendo impuestos y espiralizando su crisis, Alemania comienza a mostrar deficiencias en su engranaje económico. El euro también podría estar bajo presión pronto y sufrir una corrida sin precedentes.
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