¿Por qué los derechos de los trabajadores se han quedado en ascuas en los últimos cuatro años? ¿Qué ha pasado en los últimos 50 años en el mundo? ¿Dónde ha quedado el reparto equitativo o la cohesión social? ¿Es esta crisis económica un hecho aislado o es la consecuencia de una actitud voraz sin freno ni reglas? ¿Cómo han conquistado la soberanía los más ricos? A partir de los años setenta, los ricos pierden el miedo. Y hoy, ¿a qué revolución van a temer los banqueros? Han perdido el miedo, y desencadenan el empobrecimiento global y el enriquecimiento de su grupo. Porque es una crisis desigual, que afecta sólo a los más pobres.Las clases dominantes han vivido siempre con fantasmas: los jacobinos, los carbonarios, los masones, los anarquistas, los comunistas. Temían unas fuerzas oscuras que medraban para un día cambiar el mundo y quitarles todo. Eran amenazas fantasmales, pero los miedos eran reales. Con esos miedos los trabajadores obtenían de los gobiernos concesiones, y las clases dominantes mantener el orden social. El primero en introducir medidas de seguros sociales en Europa fue, justamente, Bismarck, con el objetivo de calmar los ánimos. La fase crítica, que atraviesa en estos momentos el Estado del bienestar, es la pérdida del miedo de las clases dominantes a una revuelta popular. Hasta los setenta se vivió el impulso que permitió el reparto equitativo de sus frutos y un cierto avance de libertades. Hay un momento en que la amenaza de una revolución subversiva del comunismo deja de existir y los poderosos entienden que ya no tienen amenazas. Las concesiones sociales que se lograban y mantenían por el miedo a un descontento popular masivo y revolucionario desaparecieron. Desde 1945 a esta parte, los opinólogos se ha dedicado a convencer a la gente de que todo intento de cambiar las reglas sociales conduce al desastre, lo cual es una lección de resignación incomparable. Para que haya cambios los de arriba tienen que volver a tener miedo.
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