viernes, 20 de mayo de 2011
China: La Economía Socialista de Mercado
China descartó la antigua idea de que una economía socialista es incompatible con una economía de mercado planificada y respondiendo a las leyes del mercado. De ese modo surgió la teoría de que, a partir del sistema de propiedad pública, se puede instaurar una economía de mercado planificada en la que se armonicen la planificación y las leyes del mercado, creándose las bases teóricas y los modelos necesarios a la reforma estructural de la economía. Definitivamente, constituyó un eslabón esencial y ha dado un paso decisivo. La política económica de la República Popular China se fundaba originalmente en la dirección de la política industrial, agrícola, monetaria y comercial a cargo del gobierno y con la asistencia de los demás poderes y el Comité Central del Partido Comunista. Sin embargo, los líderes del mundo chino, a diferencia del mundo soviético –que se quedó estancado en su modelo económico tradicional sin querer aceptar la necesidad de amoldarse a las transformaciones de la economía mundial, esencialmente comercial–, previeron la necesidad de transformar su economía para adaptarse a las tendencias internacionales en boga. Así, la inserción de China como competidor comercial estratégico en el nuevo orden económico mundial no es un fenómeno reciente, sino que obedece a un esfuerzo continuo durante más de veinte años. Incluso, mucho antes de que pudiera preverse la caída del muro de Berlín y, posteriormente, el derrumbamiento de la ex URSS así como, por ende, del bloque socialista. A fines de 1993, se aprobaron una serie de reformas a largo plazo para mejorar las leyes del mercado y reforzar el control central financiero, controlando las industrias clave en lo que ahora se llama 'economía socialista de mercado'. Al mismo tiempo, el gobierno se esforzó –entre otras cosas– en mantener a flote las grandes empresas estatales, muchas de las cuales no habían participado en el despegue de la economía. El concepto de economía socialista de mercado tiene una de sus raíces en la concepción de economía social de mercado de Ludwig Erhard, quien fuera ministro de economía de Alemania durante el largo período 1948-1963. La economía social de mercado de Erhard "rechazó de raíz el colectivismo y la planificación estatal no conforme con el mercado libre", o mejor dicho, con las tendencias de la economía internacional de mercado, pero también "partió de un rechazo igualmente firme del laissez faire del liberalismo clásico". Podría decirse que esta doctrina de Erhard rechazaba abiertamente aquellos puntos de las doctrinas socialista y capitalista que, representando posturas extremas o demasiado recalcitrantes, pudieran obstaculizar la libre competencia comercial o favorecer de manera desigual a alguna de las partes involucradas en este proceso.
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