sábado, 25 de diciembre de 2010

La empresa no va a la universidad (se refiere a España)

Cerca de la mitad de las empresas españolas (46%) no ha tenido ninguna relación con la universidad todavía. Este dato es levemente inferior al obtenido en 2004, donde el porcentaje se situaba en el 53%. Por otro lado, el principal vínculo entre universidad y empresa son los convenios para incorporar estudiantes o titulados en prácticas (77%), ya que permiten a las compañías obtener ventajas económicas en términos de contratación laboral. En las empresas de más de 200 trabajadores este porcentaje aumenta hasta el 85% y, asimismo, son estas organizaciones las que más utilizan los servicios de la universidad para incorporar titulados (70%). No obstante, la empresa española valora ahora menos su relación con la universidad que hace seis años. Solo el 23% de las empresas encuestadas actúa como proveedora de bienes o servicios de la universidad, porcentaje algo superior al 17% que se alcanzaba en 2004. Las empresas encuestadas (55%) consideran que la universidad no dispone de una organización apropiada para ejercer de motor de desarrollo económico. Empeora la valoración de la universidad como motor de desarrollo económico. El 55% de las empresas encuestadas considera que la Universidad no dispone de una organización apropiada para ejercer de motor de desarrollo económico. Este porcentaje es superior al 43% detectado en 2004, y contrasta con el 11% de respuestas positivas. Asimismo, un 66% de empresas no se consideran suficientemente comprometidas con el modelo actual de universidad (60% en 2004), en contraste con el escaso 7% de opiniones positivas. La práctica totalidad de los encuestados (99%) considera que la universidad debe promover las actitudes emprendedoras de los estudiantes. Asimismo, un 24% de los empresarios considerado insatisfactoria la formación actual de los titulados respecto a los requerimientos reales de los puestos de trabajo, frente al escaso 14% que valoró dicha formación de forma positiva. Entre los aspectos puntuales que deberían mejorar los actuales planes de estudios, los empresarios consultados señalan los idiomas, la formación de carácter práctico y las habilidades directivas. Otro dato que se destaca en el citado estudio, es la escasa relevancia de la universidad en la formación continua de las empresas. Más del 88% de las empresas encuestadas declaró haber invertido en recursos en formación, frente al 70% de respuestas positivas obtenidas en 2004. En el caso de las empresas con más de 200 empleados, el porcentaje se incrementa hasta su práctica totalidad (98%). Sin embargo, se detecta que las prioridades de formación de las empresas están cubiertas en su mayor medida por el propio departamento de formación de la compañía, u otras empresas externas especializadas, mientras que el recurso de la universidad resulta marginal. Concretamente, solo el 19% de las empresas encuestadas afirma que ha recurrido a la universidad para cursos de formación no diseñados exclusivamente para sus empleados, mientras que apenas el 4% afirma haber recurrido para cursos diseñados a medida. Este último valor representa una disminución del 50% respecto al 2004. Asimismo, cabe destacar que, entre las empresas que no han recurrido a la universidad para realizar formación continua, un 38% desconocía que existen cursos generales a tal efecto, y hasta un 43% de los encuestados, afirmó desconocer la posibilidad de que se elaboren programas y cursos específicos para sus trabajadores. Estos resultados corroboran los ya obtenidos el año 2004 y, en consecuencia, el citado informe urge a llevar a cabo una reflexión sobre la formación continua en la universidad, pues se trata de una de sus principales funciones sociales, pero las empresas no tienen la percepción de que se esté cumpliendo con tal cometido y están lejos de identificar a la universidad como principal agente en este ámbito. Existe una óptima predisposición, pero el trabajo efectivo aún es discreto en la transferencia de tecnología. El 88% de las empresas encuestadas considera que la universidad debe favorecer la creación de empresas de base tecnológica mediante la aportación de recursos humanos, físicos y financieros. Asimismo, un porcentaje muy similar, el 86% opina que es conveniente potenciar la estancia de profesores universitarios en las empresas y de personal investigador, especializado de las empresas en el sector académico. No obstante, solo un 14% de las empresas encuestadas afirma que ha recurrido a la universidad para desarrollar proyectos de I+D, mientras que un 17% afirma que ha contratado actividades de consultoría, estudios y asesoramiento.

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