martes, 14 de diciembre de 2010

La Argentina es uno de los países que más logró disminuir la pobreza

La mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, organismo dependiente de la ONU, elogió las políticas de inclusión implementadas desde el año 2003. Dijo que el empleo iguala oportunidades, y pidió una convergencia productiva para superar el atraso.

"La Argentina tuvo un cambio muy importante a partir de 2003, cuando hubo enormes avances en la lucha contra la pobreza. La pobreza y la indigencia estaban ese año en un 45,4% y un 20,9%, y hoy se sitúan en un 11,9% y un 3,8%, respectivamente. Y esto es atribuible a un buen desempeño en materia económica y social porque la Argentina, lo que logró, fue apoyar a los hogares más pobres", explicó a Tiempo Argentino Alicia Bárcena, secretaría ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En una de las pocas entrevistas que otorgó a medios nacionales, la funcionaria del organismo que responde a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bárcena se explayó respecto a temas como la inclusión social y los índices nacionales de desarrollo humano.

–En un escenario latinoamericano que muestra números positivos en materia de reducción de la pobreza, ¿en qué escalafón se ubica la Argentina?
–Los salarios de los trabajadores tuvieron un desempeño muy bueno en 2008 y 2009, y lo mismo sucedió con las transferencias monetarias, lo cual fue clave para que la pobreza bajara de una manera significativa. En este período es uno de los países que más logró disminuir la pobreza.
–¿Tuvo el mismo resultado en la equiparación de los ingresos?
–Por el lado de la distribución del ingreso, también vemos que ese esfuerzo que se hizo permitió que la brecha entre los quintiles se redujera en 14 de 18 países de la región. La Argentina está entre ellos. Entonces, en materia social, vemos que hay avances muy importantes en los programas que ha emprendido la Argentina, sobre todo en los relacionados con la crisis, donde el país tiene una robusta política social.
–¿Qué rol juega en estas mejoras sociales el crecimiento sostenido de la industria?
–Lo que nosotros hacemos es considerar dos variables en particular: precios de la canasta y ajuste a cuentas nacionales. Hicimos hace poco un documento donde establecimos una agenda para el desarrollo. En junio de este año lo publicamos y propusimos una agenda para cerrar estas brechas y lograr así una convergencia territorial más igualitaria. El territorio importa, tiene que haber una política que ayude a cerrar esa brecha entre regiones y ciudades, porque nuestro continente se ha urbanizado en gran medida. En la Argentina, nuestra propuesta estriba en que haya instrumentos que puedan apoyar este cierre de brecha. En el Índice de Desarrollo Humano damos cuenta de dónde están los focos rojos. Una de las propuestas en el caso argentino es, justamente, con el Ministerio de Industria, donde trabajamos en diez sectores y estamos tratando de ver cómo se construyen esos sectores productivos dentro del territorio y las tramas productivas del país.
–¿A qué cadenas de valor se apuntó?
–La metalmecánica, las textiles y la industria del calzado. Allí hacemos un mapeo de cómo se comportan esas cadenas, cuáles son los actores involucrados y qué acciones específicas se pueden hacer, porque lo que va a igualar es el empleo. La verdadera solución a la pobreza es el empleo: lograr convergencia productiva, que los sectores agropecuarios y productivos puedan reindustrializarse y llevar adelante un programa de desarrollo productivo que permita integrar y cohesionar a la sociedad a través de empleo productivo.
–Para hacer las mediciones, ¿qué cifras utilizan?
–Empleamos los números oficiales de cada uno de los países. Tenemos además el Comité de Estadísticas de las Américas, donde sí hacemos cifras propias. Pero homologamos formas de medir con todos los países.
–La Argentina tiene, en particular, zonas bastante atrasadas en materia de pobreza y otras que están más equilibradas. ¿Cómo se hace para luchar contra la pobreza en un país que ya es de por sí sumamente desigual?
–La clave está en fortalecer las diferentes áreas productivas para lograr una mayor convergencia en grandes y pequeñas localidades, teniendo como resultado la mayor creación de empleo. El objetivo que perseguimos es un nivel de empleo con derechos.
–Otro de los indicadores que considera la CEPAL para graficar los niveles de crecimiento e inclusión es la capacitación de la población. ¿Qué análisis hace de la Argentina respecto a este punto?
–En cuanto a formación de capacidad para insertarse, la Argentina es uno de los países que más invierte por estudiante, sin embargo todavía tenemos una brecha digital importante: creo que debemos intentar llegar a todos los hogares. La Argentina, en particular, tiene un sistema educativo potente, es de los mayores en cuanto a tasas de matrícula y escolaridad. Pero creo que hay un desafío de lograr que los hogares más pobres completen los estudios y logren llegar a la parte superior de la curva, que es donde se desarrollan las capacidades más importantes. El objetivo es apropiarse de la innovación tecnológica, tenemos que ser cada día más capaces de desarrollar nuestra propia tecnología. De todas maneras, vale destacar que en el período 2006-2008, la inversión argentina en materia educativa supuso casi un 4,9% del PBI.
–Por último, el gran enigma de Latinoamérica para los años venideros parece ser la inversión que se destine para sostener el crecimiento.
–Tenemos una enorme oportunidad de trabajar en conjunto y crear mecanismos para que estas ganancias de la región puedan invertirse en temas de largo y mediano plazo. La Argentina está en el camino correcto para hacerlo. Pero no hay que descuidar otro tema fundamental como el energético, es decir, cómo logramos una mayor eficiencia. La Argentina tiene una matriz energética relativamente limpia en la región.

Fuente: Tiempo Argentino

No hay comentarios.:

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...