martes, 14 de diciembre de 2010

EE.UU. ha perdido la razón

El escenario de recuperación económica moderada en Estados Unidos (EE.UU.) en un contexto de aumento de la deuda pública muestra una situación contradictoria para la política económica. En el corto plazo, el mix macroeconómico de baja inflación (1,2 por ciento anual) y elevado desempleo (9,8 por ciento) da cuenta de un país que necesita la asistencia del respirador artificial de la política económica para asegurar la recuperación en curso. Si bien la economía crea empleo, a un ritmo promedio mensual de 98 mil puestos de trabajo en los últimos siete meses, éste es aún insuficiente para reducir la tasa de desocupación cuando esa economía destruyó cerca de 8,5 millones de puestos en los meses de recesión y requiere crear anualmente 1,6 millones adicionales para incorporar a los nuevos ingresantes del mercado laboral (se necesitan 130 mil puestos por mes para estabilizar la tasa de desempleo). En esta coyuntura se inscribe el anuncio de la Reserva Federal (FED) de una segunda vuelta de inyección monetaria para mantener bajas las tasas de interés y evitar una inercia deflacionaria. Pero la dosis de estímulo no termina ahí y, a diferencia de Europa, la política fiscal demora la fase de austeridad y emprende, tras el acuerdo político entre Obama y los republicanos del Senado, la continuidad del impulso fiscal con un sesgo republicano (enfocado en la extensión de los recortes impositivos de Bush en 2001 y 2003). Y esto a pesar de la trayectoria creciente de la deuda pública (hoy en 62 por ciento del PIB) que agrega incertidumbre sobre la solvencia del sector público. En una coyuntura global de vulnerabilidad financiera en torno a los niveles de deuda pública, la tolerancia de los mercados tiene un límite y, ante la falta de un plan de consolidación fiscal de largo alcance en EE. UU., aparecen claras señales de alarma, que cualquiera en posesión de sus facultades mentales sabría interpretar. Pero a contramano de Europa, la política estadounidense aprovecha su posición de emisora de la moneda de reserva mundial y resuelve el conflicto con más estímulo monetario y fiscal de corto plazo. Al revés de lo que le exige el FMI a los paises europeos (aumento de los impuestos y una reducción brutal del déficit publico) EE. UU. amplia la reducción de impuestos abarcando a la clase media y prolongando la ya establecida para las clases altas dejando por lo tanto que el déficit siga aumentando astrónomicamente. Los yanquis la van de vivos, pero estan totalmente desquiciados, totalmente…

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