La Argentina bate récords de crecimiento en todas direcciones

Casi no hay rubro donde no se esté registrando un fuerte incremento real (es decir, por encima de la inflación) en las ventas. Desde los automóviles hasta el calzado, desde los televisores LCD hasta las escrituras inmobiliarias, los números crecen fuerte y, en muchos casos, llegan a marcar récords. Mientras tanto y a pesar de toda evidencia, los liberales siguen pronosticando catastrofes. La gente está comprando mucho, en todos los segmentos sociales y en todas las categorías de productos. Las ventas en los shopping centers están creciendo en porcentajes de dos dígitos, en comparación con el año pasado. Por su parte, en el sector automotor, el primer cuatrimestre marcó un alza de 18% en patentamientos, y cada mes está marcando un nuevo récord. En electrodomésticos se está dando un fenómeno singular. No sólo las ventas suben aceleradamente sino que además el consumo se está centrando en la producción local. El mercado informático, que ya venía creciendo a un ritmo vigoroso, incluso en momentos recesivos, crecerá este año por encima del 20%, según la previsión de la consultora Prince & Cooke. En calzado, otro mercado donde la actividad se mantuvo alta incluso durante la recesión de 2009, se prevé una suba de 6%, de acuerdo con las estimaciones de la cámara sectorial. Y hasta alimentos y bebidas, que era el sector donde, por causa de la inflación, los economistas liberales habían puesto las menores expectativas, está también mostrando signos de reactivación. Como consecuencia del impulso recibido a partir del plan de asignación universal por hijo, el consumo podría subir un 5% en términos reales, dicen consultoras referentes del mercado, como Nielsen y CCR. ¿Es malo que los argentinos se lancen en masa a comprar?. Los números impresionantes logrados en ventas significa que hay muchos compradores de una oferta que no puede estirarse como un elastico automaticamente. Esto explica otro récord preocupante: la inflación más alta de los últimos 20 años. Lo que se esta produciendo es una combinación de reactivación con inflación, que se opone a la “estanflación” que era pronosticada por esos profesionales del pesimismo (para todo lo que sea argentino): los liberales. Esta inflación es totalmente diferente a la de otros momentos históricos de la Argentina. Antes la gente adoptaba conductas defensivas, y era natural, porque además de subir los precios, había volatilidad cambiaria. Ahora, con la sensación de un dólar controlado, el consumo se transforma en una actitud completamente racional. Otro de los temas que sorprende a los economistas es la caída en las compras de dólares por parte del público. Es que los pronósticos marcaban una alta demanda para todo el año. Y la previsión estaba vinculada no sólo a una mayor incertidumbre política, sino al hecho de que la gente percibiría un atraso cambiario y se volcaría al dólar por verlo “barato”. No sucedió asi por que la contracara de un alto consumo es una caída en la predisposición a comprar billetes verdes.

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