sábado, 11 de julio de 2009

Desindustrialización

El viejo modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) acumuló logros y fracasos en la Argentina. Entre los primeros se puede mencionar una elevada tasa de crecimiento económico y una conformación social homogénea e integrada. Con niveles de indigencia y pobreza marginales, con tasas de desocupación mínimas, la ISI fue modelando la estructura productiva argentina por casi cuarenta años. En la década previa al golpe militar de 1976, la economía argentina había crecido durante once años consecutivos a una tasa media anual del 5,6 por ciento. En el mismo período, el crecimiento industrial fue de un 7,1 ciento. En la columna del debe, figura un proceso industrializador que resultó incompleto debido a la falta de desarrollo de algunos eslabones productivos clave. Esa industrialización trunca impidió una mayor diversificación y complejización de la estructura industrial argentina, generando una dinámica cíclica conocida bajo el nombre de stop and go. Esos ciclos se producían porque –en la fase de crecimiento– se incrementaban sustancialmente las importaciones y, por ende, la necesidad de divisas. Mientras eso ocurría, las exportaciones se mantenían relativamente estancadas. Por lo tanto, el desequilibrio en la balanza de pagos traía aparejado un estrangulamiento externo. De esa manera, se producía una contracción de las importaciones por la escasez de divisas y una caída en la adquisición de maquinarias y equipos del exterior que terminaba obstaculizando el proceso de acumulación de capital. Ese contexto “obligaba” a un ajuste recesivo que se desencadenaba vía una devaluación cambiaria. Al reducirse el salario real y el consumo, los saldos exportables crecían y las cuentas externas mejoraban porque crecían las exportaciones y se reducían las importaciones. De esa manera, el ajuste recesivo permitía alcanzar un nuevo equilibrio y el ciclo se reanudaba nuevamente. Esta dinámica se vio afectada a partir de mediados de la década del sesenta. Desde ese momento, los ciclos económicos se caracterizaron por alteraciones en el ritmo de crecimiento pero siempre con tasas positivas. Es decir, la maduración de algunas inversiones en bienes de insumos difundidos comenzó a brindar resultados. Era el comienzo de la salida del circulo vicioso que hacia avanzar y retroceder, quedando siempre en el mismo punto. Habia llegado el momento del despegue y arranque hacia un proceso similar al experimentado en el sudeste asiático. Pero la dictadura militar (apoyada por los sectores agricolas anti-industriales y exportador de materias primas) abortó radicalmente ese proceso en 1976. La puesta en marcha de un brutal e insano modelo de acumulación de valorización financiera impidió la rectificación de las deficiencias presentes en la ISI, producto de una logica maduración. Los militares (y sus aliados liberales) apuñalaron sin piedad a la Republica, destruyendo 40 años de esfuerzos justo en el momento en que empezaban a dar resultados, a los que continuaron 30 años de destrucción sistematica y salvaje.

Fuente

3 comentarios:

Mariano T. dijo...

El sector agrario no tuvo nada que ver con eso.
Esa política estuvo liderada por la gran burguesía, incluyendo a la gran burguesía industrial, pero sobre todo la financiera y de servicios.

Anónimo dijo...

Perdón, no sabías que la Sociedad Rural apoyó el golpe del 76?, o no te querés acordar.

Mariano T. dijo...

Y la AEA, la UIA, la Cámara de Comercio, ADEBA, etc, etc no apoyaron?
Es la gran burguesía, de todas las ramas. Martinez de Hoz era el presidente de ACINDAR.

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...