jueves, 7 de mayo de 2009

Los librecambistas no leyeron a Adam Smith

Los mercados libres sin regulación estatal no figuran en las páginas de “La Riqueza de las Naciones”, de Adam Smith quien nunca usó la palabra capitalismo. No es posible extraer de sus trabajos alguna teoría sobre la suficiencia de la economía de mercado, o de la necesidad de aceptar el dominio del capital. ¿Qué es capitalismo exactamente?. Parecería que descansar sobre los mercados para las transacciones económicas es una condición necesaria para que una economía se identifique como capitalista. De manera similar, la dependencia del beneficio y de las recompensas individuales basadas en la propiedad privada se consideran como arquetipos característicos del capitalismo. Sin embargo, si estos son requisitos necesarios los sistemas económicos que tenemos actualmente, por ejemplo, en Europa y América no serían genuinamente capitalistas. Todos los países ricos en el mundo tienen, desde hace bastante tiempo, una parcial dependencia de las transacciones y de otros pagos que se producen en gran medida fuera de los mercados, como las prestaciones por desempleo, jubilaciones y la provisión de educación pública y salud. Los derechos económicos relacionados con tales servicios no se basan en la propiedad privada ni en los derechos de propiedad. Se suele olvidar que Smith no consideró que el mecanismo del mercado fuera un actor independiente de excelencia o que dependiera, para su funcionamiento, sólo de la maximización del beneficio. El mayor error consiste en interpretar que la limitada discusión que hace Smith sobre por qué la gente busca comerciar como si fuera un análisis exhaustivo sobre todas las normas de conducta e instituciones que él creyó necesarias para que funcione bien una economía de mercado. La gente busca el comercio por su propio interés. En cambio la economía necesita otros valores y compromisos - como la confianza mutua - para trabajar con eficiencia. En palabras del propio Smith: “Cuando la gente de un país determinado tiene confianza en la fortuna, probidad y prudencia de un determinado banquero como para creer que siempre estará dispuesto a pagar cuando se lo pida, los pagarés pasan a tener el mismo curso que el oro o la plata tienen como dinero.” Smith explicó por qué este tipo de confianza no siempre existe. En la crisis actual esa confianza desapareció y el capitalismo colapsó.

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