jueves, 19 de febrero de 2009

Obama y la crisis (otra interpretación)

Obama logró esta semana la aprobación de su plan de estímulo por el Congreso de Estados Unidos que asciende a 789 billones de dólares. Para lograr su aprobación, Obama señaló que la economía norteamericana se encuentra “al borde del abismo”; que Estados Unidos enfrenta una “terrible crisis”; y que si no se actúa “inmediatamente, la nación se hundirá en una recesión que será "imposible revertir". Diversos indicadores corroboran la visión catastrófica del mandatario. Se perdieron en enero 600 mil puestos de trabajo, y han desaparecido 3,6 millones desde el 31 de diciembre de 2007. Por eso, la desocupación asciende a 7% (11 millones de desocupados). Lo notable es que la mitad de los empleos se han perdido en los últimos tres meses. En ese período, la economía se contrajo 3,8%, con una disminución del consumo individual de 5% anual. La contracción adquirió un carácter brutal en la industria, con una declinación de 15% en el trimestre. La recesión estadounidense es inducida por una extraordinaria contracción del crédito. El cese del flujo crediticio es la contrapartida –la fase de contracción– del excepcional boom de crédito previo que tuvo Estados Unidos entre 2003 y 2007, sin paralelo en la historia del capitalismo. La deuda privada ascendía a 22 trillones de dólares en 2000 (222% del PBI), y aumentó a 41 trillones de dólares en diciembre de 2007 (294% del PBI). La mitad de ese flujo crediticio provenía de fuentes extranjeras; entre 2003 y 2007, Estados Unidos recibió 7,2 trillones de dólares del exterior; la mitad provenía de los países emergentes, con China a la cabeza. Las empresas estadounidenses han vuelto a emitir bonos para captar fondos en el mercado financiero. Mientras tanto, el Departamento del Tesoro anunció que en el primer trimestre ofrecerá títulos a 10 años por 493 billones de dólares. También ha disminuido la contracción del PBI industrial. La mayor anomalía en el escenario presentado por Obama es lo que ha ocurrido con la productividad en el último trimestre de 2008: se incrementó el triple de lo previsto; creció 3,2% anual, mientras se esperaba un aumento de sólo 1,1%, por la contracción económica y el auge de la desocupación. Es curiosa la estructura del aumento de la productividad; mientras la no industrial se expandió 3,2%, la industrial se contrajo brutalmente, con un derrumbe del sector manufacturero de -3%, y una caída en bienes durables de -13,4%. La dispersión de la productividad se refleja en la estructura de la desocupación. La industria perdió 207 mil puestos de trabajo en enero, la mayor caída desde 1982, y el resto perdió proporciones similares, como la construcción (110 mil), trabajos temporales (76 mil), comercio minorista (45 mil), transporte (44 mil), finanzas (42 mil). Y, sin embargo, la salud y la educación privada, en vez de perder empleos, los crearon: 19 mil y 33 mil, respectivamente. La salud y la educación reflejan una tendencia de fondo. El sector tangible (manufactura, construcción, minorista, transporte) ha perdido 1,800 millones empleos desde diciembre de 2007, lo que incluye 260 mil puestos en la industria automotriz y 300 mil en la construcción. Mientras tanto, el sector intangible (educación y salud) –propio de una economía basada en el conocimiento– ha creado 500 mil puestos en los últimos 13 meses; y en el ciclo expansivo 2001-2007 creó 3,5 millones, 63% del total. En ese período, el sector tangible, liderado por la manufactura industrial, perdió 1,8 empleos. Lo unico que no esta en crisis en EEUU son los servicios de alta calificación: solo la economia del conocimiento sobrevive en medio de este derrumbe general.

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