La universidad latinoamericana tiene dos orígenes. El primero es la universidad católica traída por los españoles, ligada a la Iglesia y que trataba de dar una formación moral, ideológica y religiosa muy vinculada al Estado. Esto se dio mucho más en los países hispánicos que en Brasil, donde no hubo universidades de tipo colonial. En este tipo de universidad la educación es la transmisión de un conocimiento adquirido, de un conocimiento anterior validado por la Iglesia: es un ritual de aprendizaje con un contenido ético, religioso. No existe la idea de investigación, de libertad de discusión. A esa tradición colonial surge una respuesta en todo el continente a principios del siglo XIX, que es la importación de la universidad de tradición napoleónica, francesa. Esta tradición napoleónica ha tenido una influencia muy grande en todos los países de nuestra región. Como se sabe, un ajuste que hizo la Revolución Francesa fue cerrar las universidades pues entendió que éstas eran uno de los componentes del Ancien Régime, del privilegio, y que eran por tanto inadecuadas. En su lugar creó el sistema de las Grandes Ecoles, las Grandes Escuelas, donde era el Estado el que iba a dar la educación. Esta era una educación técnica, profesional, basada en la ciencia, que no tenía mucho que ver con la investigación. Era una formación racional, centrada en las áreas técnicas; a partir de allí se iba a formar la elite que iba a dirigir el país y que iba a conducir el nuevo orden político establecido por la Revolución. O sea, hubo un elemento de racionalidad, de modernización, de uso de la ciencia. Pero sobretodo estaba la naturaleza del Estado monolítico napoleónico, que creó un nuevo modelo de educación superior que no había hasta entonces, subordinado al Estado. Esto es lo que nosotros copiamos. No es por casualidad que en nuestro continente las facultades tengan predominancia sobre las universidades; ello es consecuencia de haber importado el modelo francés de las grandes escuelas. Las facultades son instituciones controladas por el Estado, con normas bastante estrictas, que otorgan certificados de validez nacional. Tienen pues el privilegio de facultar, de autorizar el ejercicio de la profesión, por lo que de algún modo son consideradas agencias del Estado. Cuando se crean más adelante las instituciones privadas, ellas tienen también que cumplir esa función pública. Digamos pues que, como resultado, la formación superior en la región resulta siendo una formación especializada, técnica. La pedagogía se basa en el razonamiento abstracto, pero no hay un componente de investigación. El profesor es una persona importante, pero es básicamente eso: un maestro. Hay que contrastar estas dos experiencias con otras que resultaron mucho mejores en términos de generación de lo que hoy se llama la "universidad de investigación". Este tipo de universidad se desarrolla en Alemania e Inglaterra, y más adelante en Estados Unidos, bajo la influencia de la tradición alemana e inglesa.
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