domingo, 15 de octubre de 2006

Educación, investigación e innovación en Suiza

Hace 200 años, Suiza era todavía un verdadero Estado agrario, cuya economía nacional se basaba en los factores de producción: suelo, trabajo y capital. Hoy, a principios del tercer milenio, la educación, la investigación y la innovación son los recursos indiscutiblemente más importantes de este pequeño país situado en el corazón de Europa. Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, la industrialización, el turismo y el auge del sector financiero se convirtieron en los rasgos esenciales de la Suiza moderna y la hasta entonces Suiza rural se transformó en un país industrial. Conscientes de la gran importancia de la educación, la investigación y la innovación para el futuro de un país pobre en recursos naturales como Suiza, las autoridades públicas han empleado tradicionalmente recursos considerables en estas áreas. Al mismo tiempo, las inversiones del sector privado son también notablemente altas en comparación con el resto del mundo, sobre todo en investigación y desarrollo. En Suiza, tanto el Gobierno federal como los 26 cantones son responsables del área política de educación, investigación y tecnología. En el nivel terciario, el Gobierno federal dirige las universidades politécnicas y tiene competencias para regular la formación profesional superior y las escuelas universitarias del área técnica, económica y de diseño. Por su parte los cantones, que cuentan con el apoyo financiero del Gobierno federal, se encargan de las 10 universidades cantonales. El Gobierno federal es el principal promotor de la investigación financiada con fondos públicos y de la innovación. El Gobierno federal, los cantones y los municipios gastan juntos 16.200 millones de euros en educación e investigación al año. El Gobierno federal aporta el 16 por 100 del gasto público total en formación profesional. En el ámbito universitario, el porcentaje que asume el Gobierno federal asciende aproximadamente al 65 por 100 del gasto total. En conjunto, Suiza emplea hoy alrededor del 5,5 por 100 de su PIB con fines formativos, un porcentaje algo inferior al de Francia o Austria, pero superior al de Alemania, EEUU o Italia. Suecia es el país que aporta el mayor porcentaje de su PIB (un 7,7 por 100). Suiza alcanza una posición preeminente en cuanto al gasto per capita en I+D (797 dólares norteamericanos). Sólo gastan más Estados Unidos (963), Suecia (889) y Finlandia (848). Cabe destacar que las empresas privadas suizas del sector de la construcción de maquinaria, de las construcciones metálicas y del sector químico y farmacéutico aportan aproximadamente un 69 por 100 del gasto total actual en I+D (aproximadamente 7.100 millones de euros al año). La educación terciaria en toda Suiza se ha expandido sin freno. Como consecuencia, una de cada cinco personas tiene un título universitario. Se puede decir que Suiza es un verdadero gran laboratorio de investigación. Si en Europa como media apenas 10 de cada 1000 personas en activo trabajan en el área de I+D, en Suiza lo hacen 13. En todo el mundo, sólo Finlandia alcanza actualmente una cifra superior. En esto hay que destacar el papel predominante del sector privado, que crea dos de cada tres puestos de trabajo en I+D y que mantiene junto con las universidades un sistema de investigación eficiente en el que las empresas privadas y las universidades comparten esta tarea. Mientras que el sector privado se dedica sobre todo a la investigación y el desarrollo aplicados y a transformar los resultados de la investigación en productos aptos para el mercado, las universidades se concentran en la investigación básica. Las escuelas universitarias, que se dedican sobre todo a la investigación y al desarrollo aplicados y que se orientan especialmente a las necesidades de las numerosas pequeñas y medianas empresas, son un eje fundamental del sistema. Los resultados de este sistema, que surge de la colaboración ideal entre el sector público y el privado, son notables en muchos sentidos: En Suiza es intensa la actividad de publicación: con alrededor de 2,1 estudios científicos por cada 1000 habitantes, el porcentaje de publicaciones en Suiza duplica con creces a la media de la OCDE (aproximadamente 1 publicación por cada 1000 habitantes). Con ello, Suiza se sitúa en segunda posición, sólo superada por Suecia. Suiza se sitúa en cabeza en la categoría de «investigación interdisciplinaria», «ciencias materiales», biología/bioquímica», «ecología » e «inmunología». Se sitúa en la segunda mejor posición en el área de «ingenierías», «informática», «física» y «química», así como en «biología molecular/genética». Suiza está entre los países con mayor número de patentes: según una estadística de la OCDE, el 4 por 100 de todos los registros de patentes del mundo se realizaron en Suiza. Corea del Sur alcanza, por ejemplo, el mismo valor, mientras que EEUU consigue el 8 por 100. Todos los países del mundo se enfrentan a los mismos desafíos: la eficacia actual de su ciencia y de su investigación se basa siempre en las inversiones de tiempos pasados (el que hoy no siembra, mañana no podrá recoger los frutos). El Gobierno suizo considera la educación, la investigación y la innovación áreas de interés político prioritario, a las que hay que dedicar en el futuro próximo fondos extraordinarios. Para fomentar que Suiza siga siendo también en el futuro competitiva en el ámbito internacional, se propone un crecimiento medio anual de los recursos totales de alrededor del 5 por 100. Esto supone un compromiso financiero del Gobierno central para promover la educación, la investigación y la innovación en el período 2004-2007 de alrededor de 11.300 millones de euros.

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