Nueva Zelanda es una isla ubicada en el Pacífico Sur que exporta el 95 por ciento de lo que produce. La agricultura es la exportación más importante y actualmente suma el 50 por ciento de las ventas al exterior. Hasta el siglo pasado el principal comprador de la producción neozelandesa era el Reino Unido y ahora pasó a ser "todo el mundo". Como respuesta al proteccionismo europeo a sus granjeros, Nueva Zelanda decidió pasar de exportar productos primarios a vender al exterior PRODUCTOS ELABORADOS DE MARCA, "de alto valor premium". Nueva Zelanda tiene objetivos claros: para el 2020 en materia agrícola busca duplicar el valor de la industria láctea, el de la producción de carnes y fibras, combatir las plagas y procurar evitar las emisiones que contribuyan al cambio climático, especialmente las vinculadas con la nitrificación del suelo y los excrementos de animales. Para Nueva Zelanda la clave está EN INVERSIÓN APLICADA A LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA. El desarrollo agrícola neozelandés se da a través de granjas familiares agrupadas en cooperativas, la más importante Fonterra, y el 50 por ciento de la producción lechera se procesa en empresas cooperativas. Las cinco cooperativas más importantes del país tienen más valor que todas las empresas que cotizan en la bolsa neozelandesa. El gobierno, junto a la industria, recientemente creó un impuesto cuya recaudación se vuelca a la investigación y tecnología agropecuaria.
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