sábado, 12 de noviembre de 2005

Prebish: un visionario

A mediados del siglo pasado, bajo el liderazgo de Prebish, pensadores sociales de América Latina formularon una teoría del desarrollo asentada en la industrialización y la modificación del estilo de inserción en la división internacional del trabajo. Se la conoce como “estructuralismo latinoamericano”. Uno de los componentes originales de la teoría era la interpretación de la relación dinámica entre un centro desarrollado y una periferia atrasada. El modelo centro-periferia explicaba cómo LA DISTRIBUCIÓN DESIGUAL DE LOS FRUTOS DEL PROGRESO TÉCNICO entre ambos componentes del sistema, creaba el rezago periférico y la reproducción de las causas que lo determinaban. A partir de aquí, el desarrollo fue interpretado como un proceso de diversificación de la estructura productiva que modificaba la vinculación de nuestros países con el mercado mundial, en cuanto abastecedores de productos primarios e importadores de manufacturas y capitales. La industrialización transformaba así la composición del comercio exterior y, por lo tanto, la inserción en la división internacional del trabajo, permitiendo retener LOS AUMENTOS DE LA PRODUCTIVIDAD DERIVADOS DEL PROGRESO TÉCNICO, a través del aumento del empleo y de los salarios reales. La inflación en América Latina, para Prebish, resultaba de insuficiencias de la oferta para enfrentar el aumento de la demanda, antes que de excesos de liquidez por emisión o de desbocados gastos públicos. Prebish sostuvo un rechazo frontal al enfoque neoliberal. La contribución fundamental de Prebisch se refiere a su análisis de la industrialización y la integración regional para ampliar las fronteras de nuestros mercados, hasta los límites del inmenso espacio del continente latinoamericano. Con el tiempo, economistas heterodoxos del Norte -Dani Rodrik, Joseph Stiglitz y Paul Krugman- profesaron la misma aproximación teórica de la realidad, CUESTIONARON LA RACIONALIDAD DEL ENFOQUE NEOLIBERAL y concluyeron con interpretaciones muy semejantes a las formuladas por Prebisch y sus seguidores. Más importante es que las políticas propiciadas por el estructuralismo latinoamericano fueron ejecutadas, hasta sus últimas consecuencias, en los países de Oriente que vienen asombrando al resto del mundo por su extraordinario proceso de crecimiento y transformación. Tempranamente, en Asia, se reconoció y aplicó el aporte teórico del estructuralismo latinoamericano. Hace treinta años, la India condecoró, con su máximo galardón, el Premio Nehru, a Raúl Prebisch. Sabían porque lo hacían. Los antecedentes teóricos están triunfantes en otras partes del planeta. Ahora hay que repatriarlos.

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