domingo, 11 de septiembre de 2005

¿El dólar ya fue?

No porque el dólar esté alto debe coexistir con salarios bajos. Con un dólar competitivo, la producción se favorece y posibilita no sólo la incorporación de más trabajadores al mercado laboral, sino la posibilidad de ir incrementando salarios en forma paulatina. Los liberales dicen que para sostener el dólar el salario pierde valor. Está claro que la gran mayoría de los sectores productivos renacieron con el actual tipo de cambio. Devastados en la década del ‘90 por el auge importador, ahora encuentran una nueva posibilidad de reactivar la cadena productiva. Al principio, financiándose con ahorros o rentabilidad propia, y ahora con mayor demanda de créditos blandos. Los liberales dicen que este nocivo fenómeno hace que debamos pagar más por los productos exportables. Pero mantener un dólar alto tiene un costo, mas cuando el dólar por si mismo tiende a bajar: Irak, Katrina, el déficit comercial y fiscal yanqui tiende a quitarle confianza al dólar. El viejo dólar ya no es lo que era y tal vez nunca vuelva a ser lo que fue. El costo anual de las intervenciones cambiarias del Banco Central realizadas a la fecha, supera los 500 millones de dólares. La UIA aparece como el sector aliado del Gobierno en el sostenimiento de la actual política cambiaria. El campo, si bien se favorece con las exportaciones, se muestra crítico por el nivel de retenciones y por la carga impositiva. Los que presionan y hacen lobby permanente para que baje el dólar SON LOS ACREEDORES Y SUS COLABORADORES INTERNOS, LOS QUE SIEMPRE SE FAVORECIERON CON UN PESO APRECIADO. Un dólar bajo perjudicaría a la producción y aumentaría las importaciones, con lo que lo más probable es que se necesite menos mano de obra y aumente el desempleo, que ahora está en el 12 por ciento. Pero ahora vayamos a algo inquietante. Los esfuerzos del Gobierno argentino para mantener el valor del dólar contrastan con la tendencia mundial. Brasil, la Unión Europea, China, México y Chile dejan que sus monedas se revalúen en relación al dólar. China después de muchos años de mantener una relación fija con el dólar decidió revaluar su moneda. Chile concretó otro paso en su avance frente al dólar, y acumula ya desde mayo una suba del 5,7%. Los empresarios brasileños presionan a las autoridades económicas de su país para que frenen la acelerada apreciación del real sobre el dólar. La moneda brasileña ha ganado en lo que va de año poco más de un 10 por ciento y, desde mediados de 2004, acumula un alza de casi un 30 por ciento. A pesar de los temores de los empresarios y los economistas, las exportaciones globales del país se han mantenido en alza, gracias a la diversificación hacia nuevos mercados y productos, lo que ha permitido en parte COMPENSAR LA PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD CAMBIARIA. Por nuestra parte llevamos 31 meses consecutivos de crecimiento, ciclo que se inició en diciembre de 2002, dicen que el éxito no se debe tocar. Pero hay dos cosas que tenemos que plantearnos: ¿vale la pena seguir pagándole a un desacreditado FMI que hace aguas por todas partes? ¿Vale la pena mantenernos indefinidamente atados a un dólar que se desploma gradualmente?. La estrategia de los países exitosos parece haber sido la siguiente: mantener el dólar alto mientras se desarrolla tecnología propia, luego abandonar el dólar. Nosotros estamos en la primer etapa, ¿pero estamos desarrollando tecnología?.

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