domingo, 11 de septiembre de 2005

El dólar competitivo

Desde hace meses el tipo de cambio nominal se ubica dentro del rango de 2,85 a 3 pesos por dólar. La competitividad cambiaria es clave para el crecimiento, pero los liberales reclaman la apreciación del peso como medio para reducir la inflación. Sin embargo, AUNQUE LOS PRECIOS SUBEN CUANDO AUMENTA EL TIPO DE CAMBIO, NO SE REDUCEN CUANDO LA MONEDA SE APRECIA. Un tipo de cambio real competitivo y estable estimula la producción; favorece la sustitución de capital por trabajo y crea un ambiente macroeconómico previsible, clave para tomar decisiones de inversión. La competitividad cambiaria es un elemento estratégico para el crecimiento, pero los liberales liderados por el staff del FMI sostienen que el peso se encuentra subvaluado, por lo cual es preciso permitir que la paridad se aprecie a fin de que la tasa de inflación permanezca por debajo de 10%. Para alcanzar este último objetivo, hay que aplicar lo de siempre: una política monetaria y fiscal contractiva, que reduzca el impulso monetario y restrinja la demanda interna. Es cierto que un 60% de los precios minoristas depende del tipo de cambio, ya que corresponde a bienes importados o exportables. Pero, cuando la moneda se aprecia, debido a que existen rigideces a la baja de los precios en el mercado interno, los precios no bajan. Dicha inflexibilidad es aún más notoria en un contexto de crecimiento. La expansión de la economía genera incrementos en la demanda que estimulan el alza de los precios. En otras palabras, los liberales quieren impulsar otras de sus sonseras habituales. A pesar de que el tipo de cambio bajó 4,8% durante los últimos doce meses, los precios crecieron 9,2% en igual período. No existe, por tanto, evidencia que indique que el poder adquisitivo aumentará en caso de apreciación cambiaria.De cualquier modo, no existe riesgo de retornar a la inflación elevada que la Argentina conoció en el pasado. Esto se debe a que hoy no están presentes los mecanismos que históricamente alimentaban la inflación – déficit fiscal financiado con emisión monetaria e indexación generalizada de la economía –. El tipo de cambio real competitivo y estable es ventajoso. En primer lugar, constituye un estímulo importante para el sector externo dado que abarata los productos argentinos en comparación con los del resto del mundo, favoreciendo las exportaciones. Desde 2003 las ventas al exterior crecen sostenidamente y cada año marcan un nuevo récord. No obstante, esta ventaja tiende a desaparecer en el mediano plazo, conforme el tipo de cambio real se aprecia. En este escenario, ya no será posible competir internacionalmente vía precios bajos por lo tanto ES NECESARIO DESARROLLAR VENTAJAS BASADAS EN LA CALIDAD Y LA ESPECIALIZACIÓN. El tipo de cambio real continuará con su tendencia hacia la baja y tarde o temprano la apreciación acabará por diluir las ganancias de la COMPETITIVIDAD-PRECIO. Esta transitoria ventaja cambiaria debe ser aprovechada al maximo para realizar inversiones estratégicas en los sectores productores de bienes transables con el fin de lograr una inserción internacional exitosa sustentable en el largo plazo por estar BASADA EN LA COMPETITIVIDAD NO-PRECIO. Los progresos en este sentido requieren del esfuerzo conjunto del sector público y privado para introducir mejoras en materia de calidad, innovación, investigación y desarrollo, capacitación del capital humano, infraestructura, etc. Durante este precioso plazo de gracia que nos da la economia, el Estado debe impulsar el desarrollo de los sectores con mayor potencial de generación de tecnologia. Esto es urgente. Hay que empezar a hacerlo ya.

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