martes, 6 de septiembre de 2005

Criticas hipócritas al modelo productivo

En las últimas décadas, dice Cachanosky, en Economia para todos, los sistemas productivos han sufrido cambios estructurales en todo el mundo. Es cierto, pero hay cosas que calla. Seguir sosteniendo que sólo la industria puede ser una fuente genuina de puestos de trabajo y menospreciar a otros sectores, como el de los servicios, es cierto, pero eso de que privilegiar la industria “significa condenar al país a bajos niveles de productividad” es una descarada mentira. ¿Así que la industria condena a la baja productividad, hay que ser medio bobo para afirmar eso con seriedad?. Según este imbecil, defender a la industria nacional no sirve para crear puestos de trabajo dignos. Para el solo el sector de servicio puede crear la mayor cantidad de puestos de trabajo “eficientes”. Se pregunta este truhán, ¿si se quiere defender a la industria nacional, quién defiende a los consumidores? Remito al anterior post, que habla de Bunge, este cuento en viejo, como verán. Dice este payaso “Creer que la industria manufacturera puede ser la gran generadora de puestos de trabajo es condenar al país a bajos niveles de productividad”. Luego tira un par de datos para comprender cómo funciona el mundo fuera de Santa Cruz. Entre 1970 y 2003, la economía norteamericana creó 58 millones de nuevos puestos de trabajo, todos en el sector de servicio. ¡¡¡¡Maravilloso!!!!. Mientras el sector industrial perdió 3 millones. Ese es el ejemplo a seguir. ¡El 85,5%, dice triunfal este estafador, de los nuevos puestos de trabajo de los últimos 33 años los creó el sector servicios! Sigue celebrando: en EEUU, la industria manufacturera solo representa el 16 % y la se servicio el 66 %. Vayamos a los resultados: ¿cómo esta la economía norteamericana? Al borde de la quiebra, tiene un descomunal déficit comercial y otro fabuloso déficit fiscal y esta endeudados. ¿A quien le deben? A Asia, ¿por qué le deben? Porque tienen que comprarle los productos manufacturados. ¿Cuándo le deben? Cifras fabulosas. Habla de los puestos de trabajo que creo el sector de servicios en yanquilandia pero no dice cuantos puestos de trabajo creo la industrialización de Asia, eso lo calla discretamente, tampoco de la mejora en nivel de vida de los asiáticos, pero remarca que los yanquis sin producir casi nada viven fenómeno y les va de maravillas (salvo que un huracán le rompan dos diques, porque entonces le tienen que pedir frazadas, desinfectantes y gasas a la vieja Europa).

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