martes, 7 de diciembre de 2004

EL REY ESTA DESNUDO

La economía americana se encuentra seriamente amenazada por el CRECIENTE DÉFICIT FISCAL, que se deteriora más aún con la guerra y el elevado DÉFICIT COMERCIAL, que deja a EE.UU. vulnerable a los capitales externos. El rey esta desnudo, pero todos hacen como si estuviera vestido y con un chaleco antibalas, como si fuera inmune a cualquier ataque. Nadie parece darle mucha importancia, empezando por los propios yanquis. La creciente apreciación del Euro se explica tanto por la búsqueda de refugio en esta moneda ante el conflicto entre EE.UU. e Irak como por la proyección de una economía norteamericana acorde a un dólar más depreciado dado por el elevado déficit de cuenta corriente de EE.UU. y la pérdida de confianza en la capacidad de crecimiento de ese país. Los yanquis no quieren ni oír hablar de una dura tarea que tienen que hacer: reducir el déficit público, impulsando medidas para procurar la sustentabilidad fiscal de EE.UU. en el tiempo. Estos déficit mellizos (fiscal y comercial) importan. Si no se corrigen, el castigo del mercado va ser violento, expresado a través de UNA FUERTE DEPRECIACIÓN DE LA MONEDA, UNA BRUSCA ALZA DE LAS TASAS DE INTERÉS Y UNA DOLOROSA RECESIÓN. Pero los yanquis prefieren contar los asesinatos cometidos por sus muchachos en Irak en lugar de pensar en estas tenebrosas perspectivas. El importante endeudamiento del sector público norteamericano ha llevado a los mercados internacionales a castigar el valor del dólar, con la consecuente apreciación generalizada de las monedas alrededor del mundo. El centro de la atención ha estado en el fortalecimiento del euro y del yen. PERO MUCHAS OTRAS MONEDAS TAMBIÉN SE APRECIARON DURANTE 2003, ALGUNAS MÁS QUE EL EURO. De hecho, la moneda más fuerte de 2003 fue el dólar australiano, seguido de cerca por el peso chileno y el real brasilero. Estados Unidos terminó el 2003 con un déficit de cuenta corriente superior a los US$ 550.000 millones (5% de su producto), impulsado principalmente por el déficit fiscal de 4.2% del PIB. El persistente deterioro de sus arcas fiscales tiene varias causas. USA. vivió una recesión en 2001, producida en buena parte por el estallido de la burbuja bursátil creada por las "puntocom". La menor actividad económica impactó directamente en los ingresos tributarios. La recuperación se ha caracterizado por una escasa creación de empleo y la manutención de tasas de desempleo relativamente altas. Los recortes de impuestos implementados por Bush han contribuido aun más a esta caída en los ingresos fiscales y al deterioro del déficit público. La guerra contra el terrorismo ha significado destinar cuantiosos recursos al apoyo de las tropas en Afganistán e Irak. Los soberbios de siempre dicen: la economía crecerá y solucionará todo. ¿Pero el crecimiento económico es la cura infalible para aumentar los recursos fiscales y olvidarse así de los fantasmas del déficit? Un mayor crecimiento económico en el mediano plazo no se traducirá en una estabilidad fiscal. Los recortes de impuesto implementados por Bush no poseen mecanismos de ajuste automático, con lo que LA DISMINUCIÓN DE LOS INGRESOS FISCALES SE MANTENDRÍA EN EL TIEMPO. La “reconstrucción” de Irak y la “guerra contra el terrorismo” continuarán siendo empresas costosas; los incentivos para el gobierno federal de gastar más y por mayor tiempo en defensa y seguridad interna no disminuirán mientras los riesgos de acciones terroristas no disminuyan creíblemente. Este no parece ser lo que sucederá. Finalmente, USA tiene un sistema previsional de reparto, es decir, en cada momento los trabajadores aportan con una fracción de su sueldo al sistema, que reparte dichos dineros a todos los jubilados; CUALQUIER DIFERENCIA LA DEBE CUBRIR EL ESTADO. Al aumentar la edad promedio de la población el sistema tiende a colapsar, porque quienes aportan al sistema son mucho menos que quienes sacan recursos. Hoy el sistema previsional arroja un superávit, pero será deficitario en menos de una década, cuando la generación de los "baby boomers" comience a jubilarse. De tal manera, USA vivirá uno de los déficit más grandes de su historia en pocos años si no busca fórmulas para remediar el actual estado de sus cuentas fiscales. Ninguna de las opciones es fácil: aumentar impuestos (o revertir los recortes de Bush), aumentar las edades de jubilación o reducir gastos en defensa no son políticas populares. Pero una combinación de estas medidas será necesaria. Por ahora, no hay nadie en USA que grite, como aquel niño de la fábula:EL REY ESTA DESNUDO.

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