miércoles, 8 de diciembre de 2004

¿ATERRIZARÁ O SE ESTRELLARÁ?

El déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos llegó a 5,7% del PIB en el segundo trimestre de 2004. Sin embargo, el dólar sigue por ahora teniendo un valor relativamente alto. A medida que durante los últimos cinco años aumentaba el déficit de la cuenta corriente estadounidense, los economistas internacionales hacían fila para hacer malos augurios: el retorno de los activos invertidos en Estados Unidos es bajo, así es que en algún momento los titulares de valores en dólares se darán cuenta de que el riesgo de que su precio sufra una grave caída no está compensado adecuadamente. Una vez que quienes ponen dinero en las carteras de inversiones comiencen a vender los valores en esta divisa, ocurrirá una estampida y se producirá el desplome del valor del dólar. ¿Cuánto tendrá que caer el dólar? La regla habitual es un 10% del dólar por cada porcentaje del valor del PIB obtenido mediante un déficit no sostenible de la cuenta corriente. La segunda regla general histórica es que las monedas en declive tienden a depreciarse más de la cuenta: cuando se acercan a su máxima devaluación posible, los especuladores de divisas internacionales exigen una importante prima por riesgo, por temor a que la caída de la moneda pueda generar algo aún peor.Al final de su vida, Dornbusch decía que las situaciones no sostenibles duraban más de lo que podrían imaginar los economistas que creen en la racionalidad y luego tendían a colapsar más rápidamente de lo que nadie podría creer posible. Japón, China y otras economías exportadoras de Asia del Este están ansiosas de mantener el valor del dólar y sus bancos centrales han acumulado cerca de US$2 billones de activos en esta divisa. El gobierno de China considera que el riesgo de sufrir pérdidas de capital sobre sus valores en dólares es menos importante que la necesidad de mantener un nivel de empleo casi completo en ciudades manufactureras costeras como Shanghai. Después de todo, los oligarcas comunistas que gobiernan esa nación se han acostumbrado a un cómodo estilo de vida. Lo último que podrían desear es un desempleo masivo y disturbios en las ciudades. Pero si los especuladores de divisas internacionales perciben el aroma de las utilidades casi inevitables que les podría ofrecer un declive del dólar, NI TODOS LOS BANCOS CENTRALES ASIÁTICOS JUNTOS SERÁN CAPACES DE MANTENER EL DÓLAR ALTO. Sólo la Reserva Federal puede hacer eso, y es muy poco probable que sacrifique a los trabajadores estadounidenses en el altar de un dólar fuerte. Puede que haya un aterrizaje suave: durante el último ciclo importante del dólar, entre 1985 y 1987, al dólar cayó en 40% sin siquiera causar pánico o una demanda por parte de los inversionistas de primas de riesgo sustanciales contra la divisa para compensarles por mantenerse en una moneda en declive. Pero la regla general de la historia dice que las posibilidades de un aterrizaje abrupto ya han superado la barrera del 25%... y siguen aumentando.

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