¿Que pautas que caracterizan a un capitalismo de producción?. En el esquema del capitalismo productivo las ganancias surgen porque en la empresa los ingresos son mayores que los gastos, y no se generan a partir de especulaciones financieras. El beneficio empresario debe ser mayor que el interés pagado por el uso del capital, es decir, debe ser mas rentable poner una fabrica que poner plata en el banco. Las partes fundamentales del costo deben ser los insumos, los gastos y la mano de obra; pero el costo financiero debe ser bajo. Durante el auge del neoliberalismo, en la Argentina no se cumplió con este requerimiento básico. Las ganancias mayores se realizaron en el sector financiero y en negocios espurios con el sector público (por ejemplo, contratos de obra pública con cohecho y abultamiento de los precios). Dentro del sector productivo, la posición oligopólica de las grandes empresas les permitió fijar precios a su arbitrio. Los costos de la actividad empresaria eran inviables si estaban endeudadas; porque los costos financieros superaban ampliamente a todos los otros. En el esquema del capitalismo de producción cada agente económico compite y extiende su esfera de acción tanto como puede; pero en caso de quiebra renuncia a todo auxilio. En este planteo debe incorporarse al mercado el mayor número de personas. En el régimen neoliberal argentino, no existía el mercado basado en la libre competencia, ni por el lado de la oferta ni por el de la demanda. La oferta en general era oligopólica y los “formadores de precios” los fijaban teniendo únicamente en cuenta su ganancia inmediata. Si los agentes económicos estaban en dificultades, el Estado acudía en su auxilio (eran usuales los “salvatajes” de empresas y bancos). Tampoco había incorporación masiva de la población al mercado de consumo, pues los programas de estabilización primero y los de ajuste después, provocaron una desindustrialización y una mayor concentración de la propiedad y del ingreso. El esquema de política económica quedaba subordinado a la reducción de la inflación, con descuido de otros factores de mediano plazo como, por ejemplo, el empleo. Se procuraba disminuir la demanda para que no subieran los precios, y entonces se mantenían bajos los salarios y se aumentaba la tasa de interés. Por otra parte, las reducciones presupuestarias hicieron desaparecer las inversiones públicas necesarias para la producción (caminos, viviendas, redes sanitarias, redes eléctricas, gasoductos). La idea de que la economía de mercado se debía aplicar también al sector público minimizaban a la planificación estrategica. Se sostenía que frente a cada situación, el mercado reaccionaría adecuadamente y proveería, espontáneamente, la mejor solución. O sea, que al Estado le estaba vedado hacer lo que cualquier empresa (y cualquier Estado) debe hacer para sobrevivir: tomar decisiones y adoptar planes. El capitalismo sostiene que una parte sustancial de las ganancias empresarias debe destinarse a la inversión y reinversión productivas. Sin embargo, en la Argentina a consecuencias de los eternos programas ajuste se produjo una caída espectacular de la inversión. En el decenio de 1990 la inversión era de alrededor del 19% del PIB, cayó a partir de 2000 y en 2002 fue sólo del 11% del PIB. Cuando se abandonó el esquema neoliberal aumentó de modo sustancial y llegó al 21% del PIB en 2005.
1 comentario:
los "neocriminales" atacan y demonizan al Estado poque es el Estado la ùnica competencia que tienen las multinacionales, y como buenos liberales odian la competencia justa y adoran el monopolio.excelente post.
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